Y sin dejar de pensar me quedé dormida,y sonó el despertador (mi padre toc toc, Alba son las cinco, levantate ya).
Bien, me duché, me vestí, desayuné y a las 6 cogí el primer metro que pasa por Aluche, co, como cada sábado.
Y llegué a Lago, y necesitaba aire, esperé otro metro, un cigarro sola en la estación con la fresca no le sienta mal a nadie,no?
De nuevo en el tren,
llegando a Alonso Martinez, me tuve que volver a bajar.
Una vez tomada la decisión de que era imposible llegar al trabajo, aguantar siete horas de esfuerzo físico, y una vuelta de como no, otra hora. Necesitaba hablar con mi madre.
Llamar desde una cabina a mi madre, con la grandísima suerte de en esos momentos escuchar al otro lado de la linea un buzón de voz, y mis monedas caer dentro de esa puta maquina, tampoco era algo que me ayudase a alegrar o arreglar la mierda de mañana que llevaba.
Pero el teléfono de casa nunca falla, y una vez mi madre me dijo que no era irresponsable por no ir a trabajar, vuelta a casa.
A las 7 y media estaba en mi necesitada cama.
Con esto, queda claro que hay dias que es mejor no levantarse.