martes, 2 de noviembre de 2010

Asi lo quisiste.








Te dediqué una última mirada, un último abrazo, un último adiós.
No fuiste capaz de concederme unas palabras concluyentes, solo diste explicaciones vanas y discutimos. Marchitaste lo poco que podía quedar de nuestra esencia. Destruiste el mínimo atisbo de esperanza y creaste un asolador vacío.
No fuiste consciente de lo relevante de aquellos días, incómodos pero quizá necesarios. Nos quisimos y eso para ti no fue suficiente, nos hicimos daño, mutilamos cualquier intento de amnistía. Fuimos irracionales y ambiciosos.
¿Que nos reportó todo aquello? nada, dejamos dos almas rotas, dos cuerpos vacios, dos mentes ajadas y dos vidas descuidadas. Recuerdo cuando expiraron nuestros sentimientos, el dolor y el pánico que me daba el saber que jamás volveríamos a ser uno, el desamparo de pensar que pasará con nosotros y el peso de mi soledad inminente. Me dejaste quitandome lo único que realmente amaba en esta vida y aún así te perdono. Mi vida mudó drásticamente desde ese instante, estoy radiante y estupenda, soy feliz, y paradójicamente gracias a tu abandono.

No hay comentarios:

Publicar un comentario